Summer Playground. Ekaitz Maiz. Perestroika crack. Ak Suu Valley (Kirguistán)
Desde hace años nos rondaba en la cabeza un viaje al Pamir, a los valles del Ak Suu y Kara Suu, en Kirguistán. Sus inmensas torres de granito de más de mil metros nos llamaban mucho la atención. En 2021, por fin, se alinearon los astros y organizamos la expedición.
Los valles del Ak Suu y Kara Suu son conocidos por las montañas de granito limpio que tienen. El Odessa Peak, Ptitsa, Asan Peak, Kotina, Kyrkchilta, Slesova, Octotuber, … Todos estos picos rondan los 4.000 metros de altitud con paredes de más de mil metros.
Nuestra idea era escalar varias vías en diferentes montañas. La ruta más conocida de la zona, Perestroika crack (900m 7a+), Rusayev (1200m 6b A3), en la cara norte del Odessa Peak y la Morov (900m 8a). Como siempre pasa en estos casos, la montaña será la que nos diga si nos deja ir a las vías que teníamos en mente.
Campo base y primeras escaladas
Al llegar al campo base, teníamos la misma sensación que tienes cuando entras al valle de Yosemite (EEUU) por primera vez, pero en vez de entrar junto a los turistas, entramos junto a los caballos, siendo con ellos y el pastor, los únicos habitantes del valle del Ak Suu.
Nos recibían los picos Ortotubek, Slesova, Kotina, Kyrkchilta, Odessa y en el fondo del valle, el Ptitsa.
Perestroika crack, una gran clásica del big wall
Nos preparamos para subir al collado, con la intención de escalar Perestroika Crack. Preparamos material y comida para dos días. Nuestra estrategia es escalarla desde el hombro en el día con lo imprescindible, lo más ligeros posible.
Vamos escalando a buen ritmo. La ruta no tiene largos sencillos, pero la gran mayoría son de escalar y se protegen bien. No obstante, hay largos clave, como el diedro-offwidth del largo 10, el offwith del largo 12, el techo triangular del largo 15 y el largo 17.
Vamos muy bien de tiempo pero no se debe subestimar la vía. El cielo se va oscureciendo, hasta que, llegando a una reunión, se desata la tormenta. Empieza a llover con fuerza. Hablamos por radio con el campo base y les decimos que nos preparamos para bajar.
No obstante, mientras nos preparábamos para el descenso, la precipitación cesa y decidimos esperar un poco más. Ha pasado más de una hora y media desde que empezó a llover y por fin la precipitación cesa. La pared esta empapada, las repisas cubiertas de granizo-nieve, pero al estar tan cerca de la pared decidimos seguir. Avisamos al campo base de que continuamos escalando.
Sin que la roca se haya secado del todo, pasamos el tramo de offwidth del penúltimo largo y con los últimos rayos de sol del día, llegamos al final de la ruta. De aquí a la cima del Slesova hay varios tramos de trepada entre bloques sencillos pero expuestos. Quince minutos más tarde estamos en la cima. Muy contentos y aliviados por la decisión que tomamos, emprendemos el descenso con tranquilidad. Nos queda rapelar 900 metros de noche.
El día siguiente fue de descanso total en el campo base.